Preparate para la entrevista

La entrevista es la oportunidad para que te conozcan en persona, para que puedas ampliar lo ya presentando en el CV y la carta, acerca de tus motivaciones y cualificaciones para el puesto. También es la oportunidad de conocer más acerca de lo que busca el empleador.

Las entrevistas pueden tener distintos formatos, siendo presenciales o remotas, individuales o grupales con otros candidatos o varias personas de la empresa, pueden incluir tests y exámenes de idioma, etc. En cualquiera de estos casos, lo importante es que estés preparado para mostrar tu mejor versión.

Algunos consejos para las entrevistas:

Preparate

Infórmate acerca de la empresa (su historia, misión, valores, principales áreas de negocio, etc.) mediante su página web, tus contactos, artículos de diarios, etc. También, tené en claro las responsabilidades y tareas que implica el puesto al que te estás postulando.

Puede resultarte útil averiguar (si es posible) un poco acerca de la persona que te va a entrevistar: saber hace cuánto trabaja en la empresa, qué rol cumple, qué estudió, etc. Estos datos pueden servirte para generar una conexión con el entrevistador.

Familiarizate con el tipo de preguntas que se hacen en las entrevistas:

Presentate bien

Llegá unos minutos antes de la hora acordada con los datos de la persona con la que te vas a entrevistar.

Apagá tu celular y cualquier otro dispositivo electrónico que tengas con vos y que pueda interrumpir la entrevista.

Vestite de manera prolija y adecuada para la entrevista (la ropa dependerá de la empresa/institución que te entreviste, pero por ej. Un abogado que será entrevistado para un estudio jurídico seguramente será adecuado que se presente vestido formalmente con traje).

Llevá impresa una copia de tu CV y de la descripción del puesto.

Transmití lo mismo con tus palabras y con tu cuerpo. El lenguaje corporal dice mucho de cómo nos sentimos y qué pensamos de nosotros mismos, incluso sin que seamos conscientes de ello.

Escuchá con atención las preguntas de tu interlocutor. Si no las entendés, repreguntá.

Respondé de manera clara y con suficiente detalle como para que quien te entrevista se haga una idea de tus capacidades y motivaciones y a la vez, lo suficientemente sintético como para no marear ni aburrir al entrevistador;

En las preguntas en las que te piden que describas aspectos negativos tuyos (ej. ¿qué te irrita en tus compañeros de trabajo? o menciona tres debilidades tuyas) siempre contestá lo que te piden pero dándole un enfoque positivo (ej. me irritan los compañeros de trabajo que no me entregan las cosas a tiempo. Para evitar que esto suceda, suelo pedir lo que necesito con tiempo y establezco claramente para cuándo lo necesito);

Aprovechá la entrevista para hacer preguntas clave que te puedan servir para resaltar características personales. Por ejemplo, podés preguntar cuál es el candidato ideal para el puesto y alinear tu discurso con ello.

Al terminar la entrevista, agradecé al entrevistador por su tiempo.

Evitá:

Interrumpir, monopolizar la conversación, ser maleducado o agresivo;

Pecar de soberbio o sabe lo todo, arrogante o aparentar estar desinteresado;

Usar lenguaje demasiado informal (ej: laburo, chabón o flaco, etc) o muletillas (ej. tipo, ponele, etc.);

Comer chicle;

Llevar la conversación a cuestiones personales que nada tienen que ver con el puesto;

Dar respuestas demasiado breves, que no le permiten al entrevistador conocer tus capacidades;

Atender el celular o mandar mensajes de texto;

Hablar mal de tu empleadores previos o actuales;

Mostrar muy pronto mucho interés por el salario y las vacaciones.

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